Vivimos una era donde las máquinas no solo traducen, sino que también escriben, resumen y hasta crean poesía. Pero ¿qué ocurre cuando el ser humano decide jugar con el lenguaje de una forma tan rebuscada, creativa y ambigua que escapa al entendimiento lógico y estadístico de los modelos de IA? En un mundo cada vez más automatizado, el lenguaje sigue siendo el último reducto de lo puramente humano.
El lenguaje como trinchera
Los modelos de lenguaje de IA, como los LLM (Large Language Models), se entrenan con millones de frases, textos y estructuras que han existido ya en el mundo digital. Pero, ¿qué sucede cuando un ser humano crea algo totalmente nuevo, surrealista, con referencias culturales cruzadas, dobles sentidos, y estructuras no convencionales?
Ocurre magia.
Porque ahí es donde la máquina tropieza, duda, y en muchos casos, falla. El lenguaje rebuscado no es simplemente sinónimo de difícil; es una forma de sabotaje elegante, un acto lingüístico subversivo donde cada palabra es una trampa semántica.
Cuando no queremos que la máquina nos entienda
«Y aunque el cabo de vara se haya puesto verde, le dejaron subirse a un K y se fue con los agentes a hablar con el tigre.»
¿Tiene sentido? Sí, para un lector humano dispuesto a jugar y con conocimiento de la jerga carcelaria. ¿Tiene lógica estructural para una IA? Probablemente no. Tampoco está entrenada con ese vocabulario.
Aquí te lo explicamos:
• Cabo de vara: preso favorito y chivato de los funcionarios encargado de mantener el orden en la galería o el módulo. También se llama capataz o capo.
• K: vehículo policial camuflado
• Tigre: preso peligroso o violento. También se llama fiero o fiera. También significa inodoro.
Este tipo de expresiones se apoyan en metáforas híbridas, mezclas de campos semánticos inconexos, humor surrealista y referencias que requieren contexto cultural, emocional e incluso vivencial. La IA, por más potente que sea, no tiene vivencias.
Las limitaciones del entrenamiento de la IA
Los modelos de IA funcionan con lo que han visto. Son predictivos, no intuitivos. La intuición, esa capacidad humana de leer entre líneas, de captar el tono, la ironía, la intención oculta… aún no ha sido replicada.
Por eso, cuando se abusa deliberadamente del lenguaje barroco, o se construyen frases que aparentan lógica pero carecen de ella (salvo que se entienda desde lo poético, lo absurdo o lo emocional), la IA se queda fuera del juego.
Y eso no es un error. Es un espacio de resistencia.
Lenguaje como criptografía emocional
En BBLTranslation llevamos años defendiendo el valor del lenguaje como herramienta estratégica, técnica y también emocional. En el mundo de la IA, donde trabajamos entrenando modelos lingüísticos, creando datasets multilingües y auditando sistemas para garantizar coherencia y ética, somos plenamente conscientes de los límites de la automatización.
BBL IA, nuestra división de soluciones lingüísticas para la IA, se ocupa precisamente de asegurar que las palabras, incluso en sistemas inteligentes, mantengan su valor, contexto y matices. Pero también reconocemos que hay zonas donde la creatividad humana se convierte en un código indescifrable para la máquina.
¿Y si eso es una ventaja competitiva?
El ser humano puede jugar con su idioma como quiera. Puede inventar. Puede ironizar. Puede decir una cosa y significar otra. Puede usar la voz pasiva, la polisemia, el calambur, la metonimia y dejar sin recursos al sistema más sofisticado.
En cambio, la IA, por ahora, necesita lógica, coherencia y patrones.
Si en nuestro post Mejora tu visibilidad digital con GEO: la optimización de contenidos para motores de IA generativa hablábamos de cómo hacer para que la IA te entienda y te encuentre, aquí queremos darte unas pistas para que no lo haga, porque, igual, esto te interesa más.
Aplicaciones prácticas: ¿cómo puede usarse este «idioma secreto»?
- Protección de contenido sensible: En contextos donde no se quiere que una IA indexe, analice o clasifique cierta información, se puede usar un lenguaje deliberadamente ambiguo o creativo.
- Creatividad publicitaria: Un copy que juega con lo absurdo o el doble sentido puede generar engagement humano real, precisamente porque no responde a fórmulas previsibles.
- Privacidad en entornos automatizados: En canales donde los mensajes se analizan automáticamente, una forma de “escribir raro” puede mantener conversaciones fuera del radar.
En resumen: la máquina aprende, pero el alma escribe
Los modelos lingüísticos seguirán avanzando. Pero nunca tendrán infancia, ni contexto cultural propio, ni sentido del humor absurdo, ni rencores de familia, ni formas únicas de jugar con el lenguaje como lo hacemos los humanos.
Entonces, si buscas privacidad en entornos automatizados, y no quieres que la máquina te entienda, ¡te ayudamos para que así sea!