El etiquetado de productos alimentarios es mucho más que una herramienta informativa: representa un compromiso con la calidad, la legalidad y la transparencia ante los consumidores. Sin embargo, en el proceso de internacionalización, es habitual cometer errores de traducción que pueden comprometer la reputación de la marca o incluso poner en riesgo la seguridad del consumidor.
Identificar los errores más comunes es el primer paso para evitarlos. A continuación, analizamos los fallos más frecuentes en la traducción de etiquetado alimentario y cómo prevenirlos.
Traducción literal sin adaptación cultural
Uno de los errores más comunes es la traducción directa de términos y expresiones sin tener en cuenta el contexto cultural. Las etiquetas que suenan «extrañas» o «forzadas» para el consumidor local generan desconfianza y pueden disminuir las ventas. Además, algunos términos mal adaptados pueden llegar a resultar ofensivos o inapropiados.
Para evitarlo, es fundamental que la traducción se realice de forma adaptada, respetando no solo el idioma, sino también la cultura y los hábitos de consumo del país de destino.
Desconocimiento de la normativa local
Cada país establece requisitos específicos sobre qué información debe incluirse en una etiqueta de alimentos, cómo debe presentarse y en qué formato. Ignorar estas exigencias puede acarrear sanciones legales, impedir la comercialización del producto o provocar su retirada del mercado.
Antes de lanzar un producto en un nuevo mercado, es imprescindible conocer y aplicar las normativas locales, algo que solo puede garantizarse a través de una traducción especializada y asesoramiento legal adecuado.
Uso incorrecto de unidades de medida y formatos de fecha
Los errores en las unidades de medida o en los formatos de fecha son más habituales de lo que parece. Utilizar gramos en un país que opera con onzas, o presentar una fecha de caducidad en formato europeo en un mercado estadounidense, puede generar confusión e incluso riesgos para el consumidor.
Por ello, cada traducción debe incluir una revisión específica de las unidades de medida, el formato de fechas y otros aspectos técnicos.
Interpretación incorrecta de ingredientes o advertencias
La precisión en la descripción de ingredientes es vital, especialmente cuando hay presencia de alérgenos o componentes sensibles para determinados grupos de población. Un error en la traducción de un ingrediente puede tener consecuencias muy graves, tanto legales como sanitarias.
Contar con traductores que dominen la terminología técnica del sector alimentario es la única garantía de que los ingredientes y advertencias serán correctamente reflejados.
Falta de revisión final
Finalmente, un error habitual es confiar en la primera versión de la traducción sin realizar una revisión exhaustiva antes de su impresión. La falta de un control de calidad lingüístico y técnico puede derivar en errores costosos, difíciles de corregir una vez que el producto está en el mercado.
Implantar procedimientos de revisión y validación es una inversión que protege la calidad del producto y la imagen de la marca.En BBLTranslation somos conscientes de lo que está en juego en cada etiqueta y ofrecemos servicios de traducción especializada que garantizan la seguridad, la legalidad y la confianza en todos los mercados. Contacta con nosotros ahora.