Expandirse a mercados internacionales representa una oportunidad excepcional para las empresas alimentarias. Sin embargo, entrar en nuevos mercados implica cumplir con estrictas normativas locales, especialmente en lo que respecta al etiquetado de productos alimentarios. Las etiquetas no solo son una herramienta de marketing, sino que deben cumplir con normas específicas que varían de un país a otro. Por lo tanto, una traducción precisa y conforme de las etiquetas alimentarias es fundamental para evitar sanciones y garantizar la seguridad del consumidor.
En este artículo, exploraremos las principales normativas de etiquetado alimentario en algunos de los mercados más importantes y ofreceremos consejos prácticos para garantizar que tus traducciones sean precisas y cumplan con la normativa.
La importancia de las traducciones de etiquetas alimentarias
Las etiquetas alimentarias desempeñan un papel crucial en la comunicación de información esencial a los consumidores, como los ingredientes, la información nutricional, los alérgenos y las instrucciones de uso. Una mala traducción puede dar lugar a malentendidos graves, poner en peligro la salud de los consumidores y dañar la reputación de la marca. Además, las normativas locales suelen exigir que esta información se presente de una manera específica, siguiendo estándares bien definidos.
Normativas de etiquetado alimentario en diferentes mercados
1. Unión Europea
La Unión Europea (UE) cuenta con una de las normativas más estrictas del mundo en cuanto a etiquetado alimentario. El Reglamento (UE) n.º 1169/2011 establece que toda la información obligatoria en las etiquetas debe ser clara, legible y comprensible para los consumidores. La información debe proporcionarse en la lengua o lenguas oficiales del país de destino e incluir:
- Lista de ingredientes: en orden decreciente por peso.
- Información sobre alérgenos: deben destacarse claramente en la lista de ingredientes.
- Declaración nutricional: obligatoria para la mayoría de los alimentos envasados.
- País de origen o lugar de procedencia: obligatorio para ciertos productos como carne, frutas y verduras.
2. Estados Unidos
En Estados Unidos, el etiquetado de alimentos está regulado por la Food and Drug Administration (FDA). Las normativas exigen que todas las etiquetas estén en inglés, excepto en productos distribuidos en territorios bilingües como Puerto Rico, donde también se puede requerir el español. La información principal que debe incluirse es:
- Lista de ingredientes: presentada en orden decreciente de predominancia.
- Declaración de alérgenos: según la ley Food Allergen Labeling and Consumer Protection Act (FALCPA), los ocho principales alérgenos deben declararse.
- Etiqueta nutricional: en conformidad con la ley Nutrition Labeling and Education Act (NLEA).
- País de origen: necesario para ciertos productos.
3. Canadá
En Canadá, el etiquetado alimentario está regulado por la Canadian Food Inspection Agency (CFIA). Las etiquetas deben ser bilingües (inglés y francés), a menos que se trate de productos específicos para una parte del país. La información obligatoria incluye:
- Lista de ingredientes: también en orden decreciente por peso.
- Información sobre alérgenos: deben identificarse claramente.
- Etiqueta nutricional: en conformidad con la tabla de valores nutricionales.
- País de origen: requerido para ciertos alimentos.
4. Japón
Japón adopta un enfoque riguroso y detallado en cuanto al etiquetado alimentario, gestionado por el Organismo de Asuntos del Consumidor (en inglés, Consumer Affairs Agency). Las etiquetas deben estar en japonés e incluir:
- Lista de ingredientes: ordenados según la cantidad utilizada.
- Información sobre alérgenos: los principales alérgenos deben declararse de manera clara.
- Valores nutricionales: obligatorios para la mayoría de los productos.
- País de origen: necesario para alimentos específicos como carne y verduras.
Consejos para una traducción correcta y conforme
- Colaborar con expertos locales: para garantizar la conformidad con las normativas, es esencial colaborar con traductores especializados en el sector alimentario y que tengan un profundo conocimiento de las leyes locales. Esto reduce el riesgo de errores y malentendidos.
- Mantenerse constantemente informado: las normativas sobre etiquetado pueden cambiar con frecuencia. Mantente al día con las modificaciones legislativas en los mercados en los que operas y adapta las traducciones en consecuencia.
- Verificar la coherencia: utiliza glosarios y bases de datos terminológicas para garantizar la coherencia terminológica en todas las etiquetas. Esto es especialmente importante para los términos técnicos y legales.
- Probar las etiquetas: antes de lanzar un producto en un nuevo mercado, haz que expertos locales o consumidores prueben las etiquetas para asegurarte de que sean claras y comprensibles.
- Considerar las diferencias culturales: algunos términos o imágenes pueden tener connotaciones diferentes en diversas culturas. Asegúrate de que la traducción de la etiqueta sea culturalmente apropiada y no ofensiva.
Conclusión
Invertir en una traducción profesional y conforme de las etiquetas alimentarias es fundamental para entrar con éxito en nuevos mercados y cumplir con las normativas locales. Esto n
o solo protege a la empresa de posibles sanciones, sino que también garantiza la seguridad de los consumidores y la reputación de la marca. Si estás buscando un socio fiable para tus traducciones de etiquetas alimentarias, nuestra agencia está aquí para ofrecerte experiencia, precisión y conocimiento.
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Gracias Olena Bohovyk por la foto