La lengua de signos está presente en diferentes ámbitos de la sociedad, tanto en el ámbito público como privado. Sin embargo, su presencia todavía dista mucho de lo deseado y pone en situación de desigualdad a sus receptores, en este caso las personas con alguna discapacidad auditiva. Hoy hablamos con Triana, intérprete de lengua de signos (ILS), que nos habla de la realidad de los servicios de interpretación de este tipo y los retos para el futuro.
-¿Crees que en muchos casos la interpretación de lengua de signos es un paso hacia la igualdad de oportunidades de comunicación para las personas con alguna discapacidad auditiva?
-En muchos no, en todos. Una persona con alguna discapacidad auditiva tiene siempre desventaja, pues a lo largo de su vida pierde muchísima información. Es mediante la interpretación que estas personas pueden llegar a tener total acceso e igualdad de oportunidades a la hora de estar informados, poder ejercer sus derechos o no y, en definitiva, no estar marginadas socialmente.
-¿Qué dificultades principales encuentras a la hora de realizar un servicio de interpretación?
-En función de la situación de interpretación pueden darse multitud de ejemplos. En ocasiones, la persona oyente a la que interpretar no muestra facilidades para el trabajo, ya sea dirigiéndose constantemente al intérprete, entorpeciendo su trabajo, o poniendo en tela de juicio su veracidad. He vivido casos muy desagradables a lo largo de mi profesión, venidos por el desconocimiento de la persona con la que se trabaja. Por citar un ejemplo, y para que sirva de información, nunca le digan a un ILS «esto no se lo interpretes», pues nuestra labor es precisamente hacer llegar a la persona con alguna discapacidad auditiva toda la información a la que no puede acceder por sí misma.
También es recurrente que para la interpretación de actos, al ILS no se le informe anteriormente sobre el tema que se tratará, dejando al profesional en una situación de incertidumbre, enfrentándose pues a un directo sin preparación previa, lo cual dificulta mucho el trabajo.
A la hora de situarnos, también solemos tener problemas, ya que la lengua a la que interpretamos es viso-gestual y, por tanto, necesitamos estar colocados en un lugar con buena visibilidad para volcar el mensaje y que sea recibido, así como debemos disponer de una buena sonoridad, para poder captarlo antes de interpretarlo.
–¿Qué papel tiene la ubicación del intérprete y los receptores y qué es lo más importante?
-Cuando dos personas oyentes se comunican, lo único que necesitan es cierta proximidad para poder oírse y un ambiente libre de ruido. Cuando esto se da con una persona sorda, lo necesario es que esta tenga libre de «ruido» su campo de visión. Esto significa una buena iluminación y ningún elemento que obstaculice al ILS. En concreto, en el caso de la interpretación, también el ILS necesita oír con claridad el mensaje que debe lanzar, pues de lo contrario no hay interpretación posible.
-Además del conocimiento de la lengua, ¿qué aptitudes crees que son elementales para ser un buen intérprete de lengua de signos?
-Una buena cultura general facilita mucho el trabajo, por no decir que la considero imprescindible. Las situaciones a interpretar pueden ser de todo tipo y los ILS no somos expertos en todo. Sin embargo, tener conocimientos al respecto de lo que estamos trabajando, ayuda a que el mensaje sea más inteligible y, en caso de no haber oído bien algo, siempre actuará la lógica si sabemos de qué trata el asunto. En cierto modo, un ILS en activo tiene la suerte de ir ampliando sus conocimientos con facilidad, ya que allí donde interpreta siempre aprende.
-En el caso del español, ¿qué características diferenciadoras tiene la interpretación de lengua de signos? ¿Son muchas las diferencias con otros idiomas, o los patrones son los mismos?
-Tanto en español, como en el resto de lenguas de signos, esta se caracteriza por la cultura e idiosincrasia de quienes las usan. Al igual que pasa con las lenguas orales, estas se van definiendo por el uso que se les da y tanto van quedando en desuso algunos signos como van surgiendo neologismos. Si bien es cierto que guardan una similitud entre ellas: la estructura gramatical. Si bien la lengua oral española usa el orden Sujeto-verbo-objeto (yo bebo agua), en lengua de signos el orden sería el siguiente: Sujeto-objeto-verbo (yo agua beber). Y siempre usando los verbos en infinitivo, pues para conjugar, se utilizan otros signos previos al verbo, véase «yo comí» – «yo pasado comer».
-¿Crees que se tiene suficientemente en cuenta la necesidad de este tipo de interpretación?
-En absoluto. Las personas con alguna discapacidad auditiva viven una situación de marginación constante respecto a la información. Ya sea en la televisión, en mítines, ayuntamientos, juzgados, reuniones de trabajo, de colegio… En resumen, en toda situación de comunicación. Para solventar esto haría falta que desde el gobierno y los ayuntamientos se impulsara la figura del ILS, no solo para mítines políticos, sino para que las personas con alguna discapacidad auditiva puedan disponer de este servicio tanto en actos burocráticos, como en educación, en televisión, etc. Actualmente los ILS del ámbito educativo trabajan la mitad de las horas lectivas con el alumnado con alguna discapacidad auditiva, lo que les expone a una desventaja muy grave respecto a sus compañeros oyentes, quienes tienen acceso a las clases al completo.